ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Vamos a tratar de dar una visión general sobre las civilizaciones que hayan podido existir en las proximidades del actual Carcaboso antes de que el pueblo se formase como tal allá por el siglo XIII.
El primer documento que podemos mencionar en este sentido es la obra de M. Sayans Castaños, "Artes y pueblos primitivos de la Alta Extremadura", en la que se relata el descubrimiento de una tumba megalítica en el cerro del Teriñuelo, próximo a Carcaboso, lo que nos demuestra que desde antiguo existieron en la zona diversas civilizaciones que la poblaron. Veamos como nos describe Sayans el hallazgo, en su obra "Artes y pueblos primitivos de la Alta Extremadura"
El primer documento que podemos mencionar en este sentido es la obra de M. Sayans Castaños, "Artes y pueblos primitivos de la Alta Extremadura", en la que se relata el descubrimiento de una tumba megalítica en el cerro del Teriñuelo, próximo a Carcaboso, lo que nos demuestra que desde antiguo existieron en la zona diversas civilizaciones que la poblaron. Veamos como nos describe Sayans el hallazgo, en su obra "Artes y pueblos primitivos de la Alta Extremadura"
"El natural sentido artístico del Dr. Alguacil, propietario del terreno, evitó que todo se perdiera, con las transformaciones de regadío que se llevaban a cabo en aquel lugar.
La presencia de elementos extraños llamaron su atención y procedimos con urgencia a salvar todo lo posible de aquella destrucción.
Este enterramiento megalítico asentó en lo alto de una colina que desciende suavemente por un lado hasta el cauce del Jerte, y por el otro se apoya en el borde excavado por un arroyuelo torrencial.
Por ser la parte más elevada de la finca se había elegido aquel lugar para fabricar allí un gran depósito de agua.
Cuando nosotros llegamos, el vaciado del cerrito era casi completo.
Pudimos presenciar un círculo de piedras, cuyo diámetro calculamos en unos 15 metros, informándonos que, en la excavación, se había vaciado una altura central de más de dos metros, que guardaba mucha semejanza con una pirámide achatada.
A profundidad de dos o tres metros, y en confuso revoltijo, habían salido pizarras, industrias de piedra y huesos humanos, procedencia, ésta última, de la que fuimos informados por el citado doctor, que llegó a ver algunos restos.
La tierra incluida dentro del muro circular llamó la atención de los obreros, por no ser propia del terreno, según espontánea manifestación.
Otro tanto ocurre con las pizarras, que en grandes lanchas, salieron, y que son extrañas en el lugar.
Por tanto, todo el monumento se formó artificialmente.
El ajuar recuperado lo componen las siguientes piezas:
Cinco hachas de piedras de distintas clases, muy cuidadas y que aparecen como si nunca hubieran sido usadas. Sobresalen por su tamaño dos de ellas, una de unos 39 centímetros de longitud y la otra de 26. Es digno de señalar la presencia en todas de un afilamiento de su punta, irregularmente hecho, como buscando superficies rugosas, y que contrasta con lo bien acabado y presentado de su otro extremo, donde van los filos. Alteración practicada, tal vez, para buscar ensambladuras con la tierra al clavarla.
Las dos hachas mayores, muy presente en la gigante, acusan el tatuaje, con límite superior circular, que ha impreso la tierra, indicándonos que permanecieron clavadas y que, por tanto, hubo "cámara".
Tres trozos de cuchillos de sílex. Dos de ellos pertenecieron al mismo útil, son de sílex blanco y de sección trapezoidal. El otro trozo es un sílex de color y su sección trapezoidal tiene el dorso rebajado.
Una piedra plana, granítica, redonda y de unos 12 centímetros de diámetro, que estimamos fue o sirvió de tapa de vasija.
No hubo manera de encontrar cerámica, que evidentemente debió de existir.
Hemos quedado para el final el elemento más significativo del túmulo.
Esta pieza …. consta de un mango o asidero de 10 centímetros. Su parte superior ha sido horadada, presentándose rota, aproximadamente, por el centro del orificio. En su parte inferior o pie se altera la línea del cuerpo de la pieza con un saliente o proyección hacia la cara que llamamos anterior.
Todo el pie mide dos centímetros y medio, y su base es ligeramente convexa. A partir del pie, zona un poquito más ensanchada, las caras laterales suben hasta contornear el orificio, distanciándose armónicamente, de tal modo que en el empeine tiene la cara anterior 18 milímetros y a la altura de la fractura mide 37. Por consiguiente, las dos caras laterales son divergentes y convexas a partir del pie, mientras que la anterior y posterior son paralelas y planas.
El medio anillo, que presenta el útil de referencia, se adelgaza a medida que se acerca a la línea de fractura. En esta línea la pared mide cinco milímetros de espesor en la parte más delgada y ocho en la más gruesa. En la parte unida al cuerpo mide de anchura, por su cara anterior y posterior, 13 milímetros, y sólo 7 en la parte superior.
La base del orificio o cara interna, acusa un leve declive hacia la anterior, que se hace más apreciable en la mitad al acercarse al borde.
Toda cara anterior de este útil es lisa.
La cara posterior se ve recorrida, en sus bordes, por dos resaltes o miembros que arrancando del mismo talón, suben contorneando los dos bordes de esta cara hasta envolver al orificio.
La clasificación mineral la hacemos de serpentina con cristales oscuros en una pasta verde clara.
La altura total del útil es de 12 centímetros. La anchura máxima, medida por la línea de rotura, es de 37 milímetros. La achura de pie de 22 milímetros. El largo del pie de 26 milímetros. El diámetro mayor del orificio es de 21 milímetros. La profundidad actual del orificio es de 8 milímetros, lo que hace suponer que sería aproximadamente de 16 milímetros la luz del anillo completo.
En la cara posterior, inmediatamente debajo del contorno del orificio, y correspondiendo a la parte más ancha de esta cara, vemos una mancha de contorno circular que nos lleva inmediatamente a pensar que se haya producido por grasas y pensamos que sea la huella quedada por el pulpejo del dedo pulgar que, muy acomodadamente, allí marcha al empuñar el objeto.
Aunque volveremos a ocuparnos de este "útil" en el capitulo PUEBLOS INDOEUROPEOS, diremos de él que no lo estimamos como elemento de acción, hacha de combate, como se nos dijo en reciente visita con la que un destacado profesor honró a nuestro pequeño museo, ni como hacha-martillo, como está definido el de Balenkaleko, con el que guarda relación.
Para nosotros es un elemento "representativo". "(1)
En otra parte de la obra de Sayans se nos explica algún detalle más sobre la construcción del monumento megalítico y sobre el citado elemento representativo. Sobre la forma de construir el monumento Sayans dice:
"Este monumento se construyó sobre la parte más elevada de un cerrillo, acarreando, desde bastante distancia, tres elementos esenciales para su elevación, las piedras que forman el círculo, la tierra con que se rellenó y las pizarras que fabricaron la cámara". (2)
En cuanto a la extraña pieza se puede leer lo siguiente:
" Se trata de un elemento cuya fabricación ha sido muy cuidada. Su pie, con planta convexa, no tiene ni anchura ni peso para mantenerlo por sí solo, guardando perfecta armonía con el total. Examinado en conjunto semeja una estilización de perfiles humanos.
No aceptamos, para este elemento, ni la denominación ni la utilidad que cabe a un hacha-martillo.
Para nosotros es un elemento simbólico, lleno de fragilidad, a consecuencia del orificio practicado en la parte alta de su cuerpo, y perfectamente cuidado en sus retoques, como acusa muy bien su simple contemplación.
Dudamos de catalogarlo como un objeto representativo de mando o como la parte inferior de un pequeño ídolo que necesariamente había de ejercer sus funciones llevándolo en la mano.
Hemos observado, estudiándole detenidamente, que se aprecia un tatuaje inmediatamente debajo del orificio, sobre la cara que hemos llamado posterior, tatuaje que también se presenta en las caras lateras y cuyo origen lo atribuimos a la acción impregnante de la grasa de los dedos de la mano al ocupar las zonas señaladas, precisándose entre unas y otras zonas marcadas, espacios limpios que conservan el colorido natural de la roca.
¿Por qué está roto el útil?
El túmulo del Teriñuelo de Carcaboso viene a testimoniarnos que la práctica de la muerte ritual tuvo existencia dentro de las poblaciones que construyeron los sepulcros megalíticos…
De todos los componentes recogidos en este túmulo, esta pieza es la única que aparece rota, incompleta e inútil.
Dentro de esta cámara funeraria sólo se ha producido una muerte ritual y se ha cuidado mucho que tal hecho sobresalga, pues esta pieza inutilizada se acompaña de otras, tan notables y significativas, como el hacha gigante de dimensiones extraordinarias con superficie perfectamente pulida y cortes muy retocados. Igualmente ocurre con el hacha compañera y con el resto de las piezas descritas al tratar este enterramiento.
Esta acción única, tan específica y significativa, es la que nos induce a considerale como BASTÓN DE MANDO, cuya autoridad se pierde al desaparecer la persona que lo esgrimía, pues si lo aceptamos como resto de un ídolo, los razonamientos se harían más confusos, ya que lo así representado tendría, por sí sólo, personalidad propia.
El tatuaje de tierra que presenta las dos hachas, producido por su larga permanencia, clavadas, además de testificarnos sobre la presencia de cámara funeraria, nos dice del cuidado que se tuvo en colocar ordenadamente los objetos que constituían la ofrenda fúnebre.
El personaje, cuyo funeral se revistió de tal número de atenciones ha de conceptuarse como muy distinguido"(3)
Ceballo-Escalera y Gila, en la Memoria Heráldica del Ayuntamiento de Carcaboso, realizada con el objeto de diseñar el Escudo Heráldico del Municipio, nos habla de la existencia necrópolis tardorromanas o visigóticas así como de restos de estilo visigóticos y árabes, pero no especifica cuales son.
En cuanto a la existencia de necrópolis distintas de la descrita por Sayans, tengo noticia oral de la aparición de unos restos en el lugar donde se encontraba el antiguo horno de tejas municipal, cerca de la desembocadura de los arroyos del Santo y del Asno; restos que aparecieron cuando fue demolido el citado tejar para transformar el lugar en vertedero de basura. Próximo a dicho tejar existió otro cuyos restos se podían observar hasta hace poco tiempo.
Como ya hemos dicho la calzada romana denominada "Vía de la Plata" pasaba cerca de Carcaboso, en un tramo de la misma que unía las mansiones de Rusticiana, en las proximidades de Galisteo, y Cáparra. Entre dichas mansiones no existían núcleos importantes de población, sin embargo existieron a lo largo de la calzada pequeños asentamientos humanos, sobre todo en las proximidades del río y de pequeñas corrientes de agua. Así Sánchez Loro en su obra "Historias Placentinas Inéditas" dice:
"En el tramo de la Vía de la Plata, desde la mansión de Rusticiana (junto al actual Galisteo) hasta Cáparra, no existen, exceptuando las dichas mansiones, restos importantes de civilización romana. Sólo aparecen, a uno y otro lado de la Calzada (términos de Galisteo, Aldeanueva del Jerte (sic), Corrochano (sic), Carcaboso, Valdeobispo, Oliva y Villar) restos de explotaciones agrícolas, en los sitios más idóneos para el cultivo de cereales y verduras con buenos pastos y abundante agua." (4).
VÍA DE LA PLATA JUNTO A SAMPEDRILLO
Dicha calzada romana cruzaba el río Jerte a la altura de Sampedrillo, donde había un puente del que nos hablan diversos textos, algunos de los cuales se reproducen a continuación.
"Es el miliario que ha aparecido más cercano al sitio que ocupó el desaparecido puente Guinea... La finca es San Pedrillo de la margen izquierda del Jerte."
M. Sayans. (5)
"Se encontraba en el caserío de San Pedrillo en el lugar donde el río corta perpendicularmente los términos de Carcaboso, pueblo situado unos dos kilómetros al oeste, y Plasencia".
J.M. Roldán (6)
"De Carcaboso, y como a media legua, buscaríamos un puente conocido por los libros. Ya no hay puente. El libro sobrevive a la piedra; la estatua a la ciudad".
Pedro de Lorenzo. (7)
"La Vía de la Plata cruzaba el río Jerte junto a Carcaboso, a través de un puente cuyos restos perduran."
Sánchez Loro. (8)
"San Pedrillo, es seguro tuvo puente, pues en el año 1851 se sacaron del fondo del río bastante sillares que le pertenecieron."
V. Paredes Guillén. (9)
De dicho puente sólo quedan en la actualidad unos cuantos sillares a los que se tiene difícil acceso.
Resumiendo podemos decir que por un lado el curso del río Jerte, y por otro el paso de la Calzada, han hecho que a lo largo de los siglos se asentasen en las proximidades del actual Carcaboso distintas civilizaciones y culturas.
1-Sayans Castaño, Marcelino. "Artes y Pueblos Primitivos de la Alta Extremadura". Plasencia 1957. Páginas 93-96.
2-Sayans Castaño, Marcelino. "Artes y Pueblos Primitivos de la Alta Extremadura". Plasencia 1957. Página 163.
3-Sayans Castaño, Marcelino. "Artes y Pueblos Primitivos de la Alta Extremadura". Plasencia 1957. Página 163-166.
4-Sánchez Loro, Domingo. "Historias Inéditas Placentina". Volumen A. Cáceres 1982. Ed. "El Brocense". Pág. 85.
Nota: en dicho texto dice "Aldeanueva del Jerte y Corrochano", debe tratarse de un error tipográfico. Los pueblos a los que se refiere deben ser Aldehuela del Jerte y Pradochano.
5-J.M. Roldán. "Iter ab Emerita Asturicum- La Ruta de la Plata" SA-1971. Pág. 57
6-J.M. Roldán. "Iter ab Emerita Asturicum- La Ruta de la Plata" SA-1971. Pág. 117.
7-Pedro de Lorenzo. "Obras Completas". Ed. Nacional. Madrid 1976. Pág. 142
8-Sánchez Loro, Domingo. "Historias Inéditas Placentina". Volumen A. Cáceres 1982. Ed. "El Brocense". Pág. 185.
9-Paredes Guillén, Vicente. "Origen del nombre de Extremadura". Plasencia 1886. Pág. 85.